Dormir menos al final sale caro
En teoría el cuerpo se amolda a todo, pero no descansar lo suficiente trae poca concentración y fallas de memoria,; también predispone a diabetes y obesidad.
El Mercurio/dom jun 22 2014
Es la una de la madrugada y la mayoría de las personas deberían estar en su cama durmiendo, pero la realidad es que un número cada vez más creciente ni siquiera está acostado. Celulares, computadoras, trabajo pendiente o incluso una simple película han transformado los hábitos de muchos -por lo menos el 20% de la población adulta y el 30% de los jóvenes duerme menos de lo que debería- en algo nocivo para la salud. El problema es que la mayoría no es consciente de ello.
"Sabemos desde hace tiempo que el dormir juega un rol importante en el aprendizaje y la memoria. Si no duermes bien, no aprendes bien", dice Wen-Biao Gan, del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York. Pero hasta ahora no se conocía bien el mecanismo involucrado en esto.
En una investigación publicada recientemente en la revista Science, el científico descubrió, en un experimento con ratones, que el dormir ayuda a las neuronas a formar conexiones muy específicas, las que facilitan la memoria de largo plazo. Incluso, determinó que diferentes tipos de aprendizaje forman distintas ramas en las mismas neuronas, lo que significaría que se producen cambios estructurales específicos en el cerebro. Este es solo uno de los aspectos en los que el sueño influye.
Paula Contreras, neuróloga del Centro del Sueño de Red de Salud UC Christus, explica que dormir menos sistemáticamente implica muchos riesgos. "Dentro de los más comunes e inmediatos están las alteraciones de la memoria, el déficit en la atención y el riesgo de accidentes de tránsito. Así como también mayor irritabilidad, trastornos del ánimo e, incluso, miedo a no poder quedarse dormido, lo que puede producir insomnio crónico", dice la experta.
El problema es que no muchos perciben que estos problemas son consecuencia de la falta de sueño y, por el contrario, creen que durmiendo más el fin de semana todo se soluciona. Pero el sueño no se puede depositar en una cuenta de ahorro. "El sueño no se recupera jamás, porque cada vez que se duerme se sintetizan y liberan enzimas y proteínas que están involucradas en la regeneración del cuerpo, las que se necesitan día a día para estar en forma adecuada", señala Contreras.
El ritmo de vida, la tecnología, el estrés laboral y otros factores son para muchos razones inevitables para dormir menos, pero los especialistas aseguran que no se puede ceder ante esas presiones.
Tan importante es para el funcionamiento del cuerpo, que estudios han descubierto que incluso media hora menos de sueño puede disminuir hasta 30% la capacidad de estar alerta, lo que afecta directamente las capacidades cognitivas y la toma de decisiones.
Ahora bien, aunque es cierto que hay gente que no necesita dormir más de cinco o seis horas, ellos son la excepción, y la gran mayoría de los adultos debería hacerlo por siete u ocho horas. "El cuerpo no se adapta a dormir menos, a pesar de lo que la gente piense. Muchos dicen que están acostumbrados a dormir poco, pero eso provoca que su desempeño funcional disminuya progresivamente sin que se den cuenta. Por eso, algunos alegan que dormir es perder tiempo y es difícil convencerlos de lo contrario", explica la neuróloga Victoria Mery.
Incluso, agrega la especialista, estudios han demostrado que, a largo plazo, dormir menos de cinco horas puede aumentar al doble la mortalidad por causas cardiovasculares, hipertensión o accidentes cerebrales.
Jimmy Stehberg, del Centro de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Andrés Bello, en Chile, agrega que la falta constante de sueño también trastorna el control de la glicemia, lo que se asocia no solo con la diabetes, sino también con la obesidad. "Asimismo, se altera el control de la hormona del estrés y se favorece la acumulación de grasa abdominal, incluso en las personas muy flacas", afirma.
Suma y sigue: el dormir menos también generaría un estado inflamatorio constante del cuerpo, lo que se piensa que podría incidir, aunque aún no está comprobado, en la aparición de enfermedades autoinmunes. "Incluso se pierde el control de la ingesta de alimentos, porque se altera la producción de una hormona que produce hambre. Son pocos los sistemas que no estén afectados", concluye.
En el caso del aparato digestivo, por la falta de sueño pueden aparecer problemas en el tránsito intestinal e incluso síndromes ulcerosos. Aunque las posibles alteraciones causadas por descansar menos de lo debido dependen de la condición base de cada uno, los especialistas coinciden en que todos se verán afectados de una u otra forma.
Publicado por El País (Montevideo, Uruguay)