viernes, 8 de agosto de 2014

El problema





Un gran maestro y un guardián compartían la administración de un monasterio zen. Cierto día el guardián murió, y había que sustituirlo. El gran maestro reunió a todos sus discípulos, para escoger a quien tendría ese honor. "Voy a presentarles un problema dijo-. Aquel que lo resuelva primero será el nuevo guardián del templo". Trajo al centro de la sala un banco, puso sobre este un enorme y hermoso florero de porcelana con una hermosa rosa roja y señaló: "Este es el problema".

Los discípulos contemplaban perplejos lo que veían: los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y elegancia de la flor... ¿Qué representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál era el enigma? Todos estaban paralizados. Después de algunos minutos, un alumno se levanto, miró al maestro y a los demás discípulos, caminó hacia el vaso con determinación y lo tiró al suelo.

"Usted es el nuevo guardián -le dijo el gran maestro, y explicó-: Yo fui muy claro, les dije que estaban delante de un problema. No importa qué tan bellos y fascinantes sean, los problemas tienen que ser resueltos. Puede tratarse de un vaso de porcelana muy raro, un bello amor que ya no tiene sentido, un camino que debemos abandonar pero que insistimos en recorrer porque nos trae comodidades. Sólo existe una forma de lidiar con los problemas: atacarlos de frente. En esos momentos no podemos tener piedad, ni dejarnos tentar por el lado fascinante que cualquier conflicto lleva consigo".



Reflexión:

Los problemas tienen un raro efecto sobre la mayoría de nosotros.- nos gusta contemplarlos, analizarlos, darles vuelta, comentarlos... Sucede con frecuencia que comparamos nuestros problemas con los de los demás y decimos.- "Su problema no es nada... ¡espere a que le cuente el mío!"

Se ha dado en llamar "parálisis por análisis" a este proceso de contemplación e inacción. ¿Y la solución?¿estás preparado para dejar de contemplar los problemas y enfrentarlos?


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sábado, 26 de julio de 2014

Las tres rejas

Seguimos con la selección de historias para pensar:

LAS TRES REJAS




El joven discípulo de un filósofo sabio llega a casa de éste y le dice:
- Oye maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia.....
- !Espera! - lo interrumpe el filosofo - ¿ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme?
- ¿Las tres rejas?
- Si. La primera es la verdad. ¿Estas seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto?
- No. Lo oí comentar a unos vecinos.
- Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?.
- No, en realidad no. Al contrario...
- !Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta?
- A decir verdad, no.
- Entonces, dijo el sabio sonriendo
- Si no es verdad, ni bueno, ni necesario, es mejor enterrarlo en el olvido.



Reflexión: Muchas veces nos preocupamos por cosas que si las pasáramos por el filtro de las “tres puertas” no merecerían la pena. Es importante valorar y reflexionar antes de gastar energía en asuntos que no lo merecen.


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viernes, 18 de julio de 2014

Cuentos para pensar


A partir de hoy publicaremos una recopilación de cuentos que invitan a reflexionar sobre diversas cuestiones de la vida. Son cuentos populares, es probable que conozcan algunos.

Desde siempre el Ser Humano ha utilizado cuentos, parábolas y aforismos para transmitir sabiduría. Hay historias que en algunos momentos de nuestra vida pueden llegar a ser un pequeño instrumento para ayudar a abrir las puertas al conocimiento de nosotros mismos a través de la reflexión, a alcanzar nuestro potencial, a afrontar un problema y favorecer un cambio positivo en nuestra vida.

EL COLECCIONISTA DE INSULTOS
 
 Alegoría budista que transcribe Paulo Coelho.


 
Cerca de Tokio vivía un gran samurai, ya anciano, que se dedicaba a enseñar el budismo zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que era capaz de vencer a cualquier adversario. Cierto día un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos pasó por la casa del viejo. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación esperaba que el adversario hiciera su primer movimiento y, gracias a su inteligencia privilegiada para captar los errores, contraatacaba con velocidad fulminante. El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una batalla. Conociendo la reputación del viejo samurai, estaba allí para derrotarlo y aumentar aún más su fama.
 
Los estudiantes de zen que se encontraban presentes se manifestaron contra la idea, pero el anciano aceptó el desafío. Entonces fueron todos a la plaza de la ciudad, donde el joven empezó a provocar al viejo. Arrojó algunas piedras en su dirección, lo escupió en la cara y le gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus ancestros. Durante varias horas hizo todo lo posible para sacarlo de sus casillas, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, ya exhausto y humillado, el joven guerrero se retiró de la plaza.
 
Decepcionados por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:
 
-¿Cómo ha podido soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usó su espada, aun sabiendo que podría perder la lucha, en vez de mostrarse como un cobarde ante todos nosotros?
 
El viejo samurai repuso:
 
-Si alguien se acerca a ti con un regalo y no lo aceptas, ¿a quién le pertenece el regalo?
-Por supuesto, a quien intentó entregarlo -respondió uno de los discípulos.
 
-Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos añadió el maestro-. Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo.
 
Nadie nos agrede o nos hace sentir mal: somos nosotros los que decidimos cómo sentirnos. No culpemos a nadie por nuestros sentimientos. Somos los únicos responsables de ellos. 


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sábado, 5 de julio de 2014

LOS DONES DEL TRAUMA SILENCIOSO



Psicológicamente es como con las cicatrices del cuerpo: la piel es más gruesa y resistente allí donde se ha autorreparado a partir de una herida. Y existen heridas tan obvias, tan estruendosas, que no hay como ignorarlas cuando una persona describe su historia. Pero hoy quisiera mencionar otro tipo de herida: el trauma silencioso.

El trauma silencioso es aquél que quizás una persona, en primera instancia, no relataría como algo difícil que le sucedió. No es la muerte de un ser querido, una golpiza que le dieron cuando era niño, un accidente, una instancia de abuso sexual... Es eso que, si lo advirtiera, le sería inmensamente lacerante o enojoso... pero que ha quedado encubierto por la realidad cotidiana: se normalizó. Se volvió parte del escenario de los acontecimientos, más que un acontecimiento en sí.

Esto se conoce como trauma de omisión: se define como aquel tipo de situación repetitiva en la que no hay la comisión de un acto injurioso (es decir, no existe una instancia agresiva que haya sido cometida por nadie). Lo que ha dejado una cicatriz es “la ausencia de”: la ausencia de afecto, de soporte, de apoyo, de abrazo, de caricia, de contención emocional en un momento de miedo, de atención, de acompañamiento en situaciones de logro, de redes de seguridad cuando somos vulnerables...

La imagen es la del niño de cuatro años en cuya casa la regla es que “ya es grande y debe vestirse solo”, de manera que va con cualquier ropa al jardín, con el cabello mal peinado, sin que nadie siquiera lo mire antes de salir. O la imagen es la de la nena de seis que ha hecho un dibujo precioso, con todo tipo de brillos y colores, y al mostrárselo a su padre él repite su actitud de siempre: mientras lee, mira TV o habla con “un grande”, un gesto con la mano que significa, calladamente: “No molestes, estoy muy ocupado”. También la imagen es la de millones de niños que han resultado simplemente invisibles en sus casas, porque había demasiados problemas como para que se les tuviera en cuenta, o porque había una situación de duelo que absorbía toda la energía familiar, o porque, simplemente, para muchos padres ser niño es un error, y por lo tanto, hasta que se vuelvan adultos, lo mejor es que no molesten: que existan como niños de manutención emocional barata, pidiendo poco y recibiendo casi nada...

Estos niños, aunque no se les grite, aunque no se les pegue, aunque no se les ponga en penitencia, sufrirán un dolor difuso, difícil de registrar como tal: el dolor de no existir para aquellos que deberían amarlos. El punto es que... no existir ni siquiera para el maltrato es otro tipo de maltrato que, en vez de dejar la cicatriz del filo de un cuchillo, deja una que se parece más a la del ácido sobre la piel, corrosiva, esparcida y profunda.

 Recuerdo a un chico en especial cuyos padres tenían que viajar a otro país en busca de trabajo. Ese niño, -que ya no era tan pequeño- quedó impactado por ver cómo en casa nos abrazábamos tan a menudo. “Se dan un beso antes de irse a dormir!!”, le dijo a sus padres cuando regresaron, como quien cuenta una exótica rareza. Cuando mi madre le acercaba afecto, él se ponía tieso, mas no huraño, como si dentro suyo se debatiera entre recibir, hambriento, la caricia... o huir ante lo desconocido. Y lo desconocido era eso: el afecto. Muchos niños empiezan a volverse conscientes de sus traumas de omisión cuando visitan otros hogares funcionales y advierten que en esa casa las cosas no funcionan como en la suya.

Con frecuencia los humanos repetimos, y quien ha padecido traumas por omisión necesita reconocerlos para, siendo adulto, poder elegir otro tipo de estilo vincular. Pues ya sabemos que lo que no conocemos de nosotros mismos tendemos a actuarlo en conductas (en este caso eligiendo relaciones que ejerzan esa palabra tan efectiva que culturalmente se ha instalado en nuestro país: el “ninguneo”. En nosotros estará el tomar debida cuenta de esta situación, y hacernos responsables de ella para no permitir, nunca más, ser “nadie” para aquellos a quienes consideramos afectivamente “alguien”. Ponerse a resguardo de cualquier nuevo trauma por omisión.

Y, en cuanto a nuestra historia, es en mi criterio siempre indispensable tener en cuenta que, ya sea por comisión o por omisión, todos tenemos cicatrices. Y que, como decía al principio, nuestra obligación para con nosotros mismos es hacernos cargo de ellas, convirtiéndolas en recursos. Con extremo coraje (porque puede dar mucho miedo), atreverse a mirar dentro para hallar a las situaciones y personas responsables de ellas, y atravesar todo el enojo y el dolor que eso genera, hasta poder cruzar ese umbral. El umbral implica soltar el pasado -que cada vez conlleva menos peso- y volvernos dueños de nuestro presente, constructores de nuestro futuro. Apoderarnos del don que el trauma guarda para nosotros: la fortaleza de espíritu.

Johann W. Goethe lo dijo así (con estas palabras, y un abrazo, me despido):

He llegado a la conclusión aterradora
de que soy el elemento decisivo en mi vida.

Para los otros y para conmigo mismo
yo puedo ser una herramienta de tortura
o un instrumento de inspiración.

Es mi respuesta la que decide
si una crisis escala o no.
Son mis acciones las que deciden
si yo me ennoblezco o me degrado
y si humanizan o deshumanizan a los demás.

Soy el poder de mi vida...


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domingo, 22 de junio de 2014

Dormir menos, sale caro.


Dormir menos al final sale caro


En teoría el cuerpo se amolda a todo, pero no descansar lo suficiente trae poca concentración y fallas de memoria,; también predispone a diabetes y obesidad.


El Mercurio/dom jun 22 2014


Es la una de la madrugada y la mayoría de las personas deberían estar en su cama durmiendo, pero la realidad es que un número cada vez más creciente ni siquiera está acostado. Celulares, computadoras, trabajo pendiente o incluso una simple película han transformado los hábitos de muchos -por lo menos el 20% de la población adulta y el 30% de los jóvenes duerme menos de lo que debería- en algo nocivo para la salud. El problema es que la mayoría no es consciente de ello.

"Sabemos desde hace tiempo que el dormir juega un rol importante en el aprendizaje y la memoria. Si no duermes bien, no aprendes bien", dice Wen-Biao Gan, del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York. Pero hasta ahora no se conocía bien el mecanismo involucrado en esto.

En una investigación publicada recientemente en la revista Science, el científico descubrió, en un experimento con ratones, que el dormir ayuda a las neuronas a formar conexiones muy específicas, las que facilitan la memoria de largo plazo. Incluso, determinó que diferentes tipos de aprendizaje forman distintas ramas en las mismas neuronas, lo que significaría que se producen cambios estructurales específicos en el cerebro. Este es solo uno de los aspectos en los que el sueño influye.

Paula Contreras, neuróloga del Centro del Sueño de Red de Salud UC Christus, explica que dormir menos sistemáticamente implica muchos riesgos. "Dentro de los más comunes e inmediatos están las alteraciones de la memoria, el déficit en la atención y el riesgo de accidentes de tránsito. Así como también mayor irritabilidad, trastornos del ánimo e, incluso, miedo a no poder quedarse dormido, lo que puede producir insomnio crónico", dice la experta.

El problema es que no muchos perciben que estos problemas son consecuencia de la falta de sueño y, por el contrario, creen que durmiendo más el fin de semana todo se soluciona. Pero el sueño no se puede depositar en una cuenta de ahorro. "El sueño no se recupera jamás, porque cada vez que se duerme se sintetizan y liberan enzimas y proteínas que están involucradas en la regeneración del cuerpo, las que se necesitan día a día para estar en forma adecuada", señala Contreras.

El ritmo de vida, la tecnología, el estrés laboral y otros factores son para muchos razones inevitables para dormir menos, pero los especialistas aseguran que no se puede ceder ante esas presiones.
Tan importante es para el funcionamiento del cuerpo, que estudios han descubierto que incluso media hora menos de sueño puede disminuir hasta 30% la capacidad de estar alerta, lo que afecta directamente las capacidades cognitivas y la toma de decisiones.
Ahora bien, aunque es cierto que hay gente que no necesita dormir más de cinco o seis horas, ellos son la excepción, y la gran mayoría de los adultos debería hacerlo por siete u ocho horas. "El cuerpo no se adapta a dormir menos, a pesar de lo que la gente piense. Muchos dicen que están acostumbrados a dormir poco, pero eso provoca que su desempeño funcional disminuya progresivamente sin que se den cuenta. Por eso, algunos alegan que dormir es perder tiempo y es difícil convencerlos de lo contrario", explica la neuróloga Victoria Mery.

Incluso, agrega la especialista, estudios han demostrado que, a largo plazo, dormir menos de cinco horas puede aumentar al doble la mortalidad por causas cardiovasculares, hipertensión o accidentes cerebrales.
Jimmy Stehberg, del Centro de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Andrés Bello, en Chile, agrega que la falta constante de sueño también trastorna el control de la glicemia, lo que se asocia no solo con la diabetes, sino también con la obesidad. "Asimismo, se altera el control de la hormona del estrés y se favorece la acumulación de grasa abdominal, incluso en las personas muy flacas", afirma.

Suma y sigue: el dormir menos también generaría un estado inflamatorio constante del cuerpo, lo que se piensa que podría incidir, aunque aún no está comprobado, en la aparición de enfermedades autoinmunes. "Incluso se pierde el control de la ingesta de alimentos, porque se altera la producción de una hormona que produce hambre. Son pocos los sistemas que no estén afectados", concluye.

En el caso del aparato digestivo, por la falta de sueño pueden aparecer problemas en el tránsito intestinal e incluso síndromes ulcerosos. Aunque las posibles alteraciones causadas por descansar menos de lo debido dependen de la condición base de cada uno, los especialistas coinciden en que todos se verán afectados de una u otra forma.

Publicado por El País (Montevideo, Uruguay)

viernes, 23 de mayo de 2014

GINKGO BILOBA



El Ginkgo Biloba es una de las plantas medicinales más conocidas, originario de China, este longevo árbol se ha convertido en un pilar importante dentro de la medicina tradicional de ese país, y en las distintas ramas de la salud que usan la naturaleza a su favor. Pero ¿para qué sirve y cómo beneficia nuestra salud?


Uno de los principales beneficios del ginkgo biloba es la mejora de la circulación sanguínea debido a su contenido de flavonoides. Ésto a su vez ayuda a mantener nuestro cerebro en buen estado, favoreciendo la concentración y disminuyendo el cansancio. Debido a ello es muy recomendado entre personas de la tercera edad y quienes sufren de enfermedades degenerativas como el Alzheimer.


El ginkgo biloba es una planta muy recomendada para aumentar la energía y mejorar la memoria, además es una gran aliada para combatir la depresión.


Su gran cantidad de antioxidantes que favorecen la circulación sanguínea, ayudan también a prevenir la formación de coágulos. El ginkgo biloba es un gran aliado para personas que se encuentran convalecientes después de una trombosis, problemas cardíacos o accidentes cerebro vasculares.


Gracias a sus efectos sobre la circulación, el aspecto íntimo también se ve favorecido, y es que el ginkgo biloba es una de las plantas medicinales recomendadas para aumentar el deseo sexual, mejorando las erecciones y la sensibilidad clitoriana.


Además los antioxidantes que nos aporta ayudan a combatir la formación de radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro de la piel y de enfermedades como el cáncer. Gracias a sus propiedades antinflamatorias y circulatorias, es muy recomendado para pacientes que sufren de diabetes, enfermedades reumáticas como la artritis y molestias musculares.


A pesar de contar con muchos beneficios para la salud, siempre es recomendable consultar a tu médico antes de comenzar a tomar ginkgo biloba. Además es oportuno recordar que esta planta medicinal está contraindicada durante el embarazo y la lactancia.


Toda la información es recopilada de diferentes fuentes de internet y bibliográficas. Recuerde consultar en su herboristería o a su médico antes de tomar cualquier hierba. 

miércoles, 9 de abril de 2014

La Marcela



Este conocido Yuyo campero, tiene una larga historia como hierba curativa que se remonta al período precolombino. Si bien a los uruguayos nos ha acompañado desde siempre (en el té o en el mate) lo cierto es que actualmente el conocimiento sobre este yuyo ha tomado una enorme importancia a nivel científico.

Desde hace un par de décadas se han empezado a comprobar por laboratorio aquellas propiedades beneficiosas que durante siglos fueron cultura popular, convirtiéndose en materia prima para varios productos de la industria nacional.

Es una planta medicinal y muy aromática autóctona de América del Sur, cuya variante denominada popularmente "marcela hembra" se encuentra en Uruguay.

Su nombre científico es Achyrocline satureioides. Es un pequeño arbusto que no mide más de medio metro y crece en zonas arenosas o rocosas. Sus flores son de color amarillo y son utilizadas con fines medicinales, de allí que su cosecha se realice durante la floración, esto es generalmente durante la primavera y el verano, aunque hay quienes piensan que es mejor recolectarla al inicio del otoño que es cuando está más florecida y sus propiedades medicinales aumentan. Una vez cosechada, la planta se debe dejar secar hasta que su desecación sea total. De esta forma, la marcela quedará preparada para ser utilizada en infusiones, que es su uso más común.

Propiedades

Tradicionalmente la infusión de marcela es usada para aliviar trastornos digestivos, como dolores estomacales o indigestión.Y por sus propiedades antiinflamatorias y antisépticas es común utilizar la marcela en forma de lavados, incluso para aliviar las molestias causadas por el herpes. En los últimos años se ha descubierto también que esta planta posee propiedades antioxidantes.


En Uruguay, las investigaciones llevadas a cabo durante años por el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, en conjunto con la Facultad de Química de la Universidad de la República, han sido pioneras, con resultados tan fructíferos como sorprendentes.

Tal vez el descubrimiento más importante sea que el extracto de marcela reduce hasta en un 56% los daños cerebrales provocados por accidentes cardiovasculares.
El Instituto tiene patentado el descubrimiento, y las investigaciones, de las cuales participaron científicos cubanos, actualmente prosiguen no solo en el Clemente Estable sino también en la Universidad estadounidense de Harvard.
Un invento uruguayo: la crema con extracto de marcela

Debido a sus propiedades antioxidante, el extracto de marcela está siendo utilizado con fines cosméticos. Según podemos leer en el respectivo artículo del Almanaque 2004 del Banco de Seguros, este también fue un trabajo en conjunto. El Instituto Nacional de investigaciones agropecuarias proporcionó toda la marcela necesaria. La Facultad de Química fue la encargada de preparar la crema con la ayuda del Instituto Clemente Estable, quien se ocupó de la parte farmacológica.

Actualmente en el mercado uruguayo se puede encontrar una completísima línea de productos cosméticos con extracto de marcela tanto para el cuidado facial (cremas antienvejecimiento, para el contorno de los ojos, cremas desmaquillantes, tónicos), como para el cuidado corporal. Así como una variada línea capilar y de protectores solares.

O simplemente, el placer de una infusión

Ahora que los múltiples beneficios de la marcela están avalados científicamente, ¿por qué no incorporarla diariamente a nuestra dieta, en forma de infusión?

Una infusión de marcela se prepara fácilmente, incorporando una o dos cucharaditas de sus flores secas a una taza de agua caliente. Puede tomarse dos o tres veces al día, agregarle azúcar o edulcorante, o simplemente disfrutar de su sabor natural. Su aroma incomparable estimulará los sentidos, y su sabor dulzón es muy agradable.

Quienes gustan del sabor de un buen mate con yuyos pueden incorporar sus flores a la yerba mate, incluso hay yerbas de diferentes marcas que ya vienen preparadas con los yuyos y muchas de ellas traen incorporada marcela entre sus componentes. De esta manera, puede beneficiarse al organismo al tiempo que se disfruta del placer de una infusión.

Todos los datos son recopilados de la red, consulte a su médico o terapeuta para la utilización de cualquier hierba medicinal.